Inspirados por las flores de lila —que nombraron a nuestro color del mes—, realizamos un pequeño picnic para celebrar en compañía de amigos y colegas del color.
Leímos que el color lila transmite frescura e inocencia, y ¡vaya, que fuimos inocentes queriendo planear un día de campo con el volátil clima de primavera! Aunque el plan original era tener el picnic en alguno de los geniales lugares que ofrece Xalapa, la lluvia de los días previos nos hizo dudar ¿lloverá o no lloverá? Una granizada vespertina definió todo y el programa sufrió una modificación de última hora: el picnic sería dentro del laboratorio creativo.
A pesar de las incertidumbres climáticas, intentamos que nuestro picnic mantuviera la frescura del lila eligiendo, como platillo estrella, una receta simple y entretenida que mantuvo nuestras manos y mentes ocupadas: Rainbow Spring Rolls. Los ingredientes nos llevaron a una búsqueda de flores comestibles que se transformó en una clase exprés de botánica; conocimos desde las flores que aportan un sabor dulce o picante, hasta las amargas y venenosas que jamás deben consumirse. Las ganadoras fueron violetas, pensamientos y lobelias.
Como últimos detalles: un mantel verde (para recordar el pasto que no pudimos pisar), decoración y vestimenta lila. ¿Lo único faltante para empezar a comer? Mucha creatividad. Cada quién se encargó de la combinación y composición de su rollo; un poco de color por aquí, otro poco de sabor por allá, una plática amena, gran compañía y listo.
Les compartimos algunas fotos de la celebración al color lila.
En compañía de la increíble artista Bariza, que nos sorprendió a todos con unas bellísimas esculturas/floreros de papel, terminadas en el momento.
Decoración, vestimenta y muchas flores para celebrar el lila.
Por cierto, el día del picnic no llovió.
Nos leemos el siguiente mes, con un nuevo color, ¿puedes adivinar cuál será?